Las Siete
Características de la Motivación Auténtica
1.
Entusiasmo y Deseo
Para
disponer de una motivación real y positiva se debe sentir un auténtico amor por
lo que se hace. Toda persona triunfadora, en cualquier campo, siente unos
impulsos o una pasión que empieza con una visión o
un sueño de aquello que se desea alcanzar o aquello en lo que desea
convertirse.
2.
Valor para triunfar
Una vez que
se tiene el deseo y el entusiasmo, cuando se está motivado
para lograr un objetivo, es necesario fortalecer el sueño. El coraje
para lograrlo nos da el poder y nos anima a convertir los sueños
en realidad.
Todos
soñamos, pero hace falta actuar con el corazón para persistir cuando
estamos cansados y sentimos la tentación de rendirnos ante los obstáculos que,
inevitablemente, aparecerán en el camino tarde o temprano. Solamente los que
cuentan con ese coraje de seguir adelante pese a todo, son los que logran
superar los obstáculos para llegar a la meta.
3.
Autodirección
Los
triunfadores logran lo que quieren por ellos mismos, no por otros. No lo hacen
ni por su familia, ni por los reconocimientos ni por el dinero, lo
hacen por ellos mismos.
Hay
una fuerza interior que los empuja y los dirige en
sus pensamientos y sus acciones. Se guían a través de las
tres “P” que les dan mayor posibilidad de lograr sus objetivos:
· Imágenes
positivas.
· Palabras
Poderosas.
· Concentración
en el Presente.
Los
objetivos internos se motivan y se inspiran a un nivel diferente y más efectivo
y poderoso que los motivos externos, impuestos por otros o por motivos
como el dinero o la fama.
4.
Compromiso por la excelencia
Una persona
que está motivada internamente, por ella misma, que tiene un sueño y
está dispuesta a todo por alcanzarlo, siente la necesidad
de comprometerse y de ofrecer lo mejor de sí misma. Por el contrario,
alguien que trabaja en un propósito por cumplir las expectativas de otros,
pierde fácilmente el interés y no tiene la fuerza necesaria para enfrentarse a
los obstáculos y superarlos. En este caso, no hay una auténtica
motivación.
5.
Disciplina y organización
Difícilmente
aquel que no tiene una motivación personal interna logra ser
tan disciplinado y organizado como alguien que sí desea lo
que busca por él mismo. La motivación, para ayudarnos a alcanzar nuestras
metas, tiene que estar respaldada por la constancia y
la disciplina, así como por la capacidad para organizarse.
La
disciplina, la organización y la constancia implican esfuerzo y para
desarrollarlas, es necesaria una auténtica motivación personal. La disciplina y
la organización permiten al individuo que
lucha profundizar y perseverar pese a los problemas que
aparecen en el camino. La disciplina no es una emoción, es una elección al
igual que la capacidad de organización.
6.
Equilibrio entre atención y relajación
Para
permanecer motivada, la persona de debe mantener el equilibrio entre
la atención intensa, que genera fuerza y energía, y
la relajación que restaura y recupera. Mantener el control de la
atención y de la concentración es esencial para permanecer motivados.
La relajación es igualmente importante. Para
ser innovador y ser capaz de responder a los retos y permanecer
en el presente, el organismo necesita de la relajación para
restaurarse a sí mismo. La relajación también puede ser un acto de disciplina y
hay gente que no ha sabido como adquirirla por múltiples razones.
7. Capacidad
para sortear la adversidad
Los
contratiempos y los problemas son inevitables. La adversidad es parte de
la vida y no existe ningún ser humano que, desde que nace hasta que muere,
enfrente una serie interminable de retos y desafíos. La
adversidad no es para convertirnos en víctimas, sino
para templarnos y hacernos más fuertes y hábiles. Es
una chispa que prende el fuego interno. En lugar de evadir los problemas y
negarnos a reconocer la adversidad como parte de nuestra existencia debemos
permitir que nos ayude a abrir las puertas hacia un auténtico crecimiento
personal que nos renueve y restaure la motivación.
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